jueves

Para todos los patriabobanos.

Gracias a las 'licencias históricas' advertidas al principio de La Pola, me dio por averiguar la historia de los personajes de nuestro relato de 'independencia' y de dar tumbos por internet, encontrando la punta de los hilos para desenredar la maraña, me entero de que la patria boba no se ha acabado. Somos patriabobanos por tradición.


Los antioqueños quieren ser su propia patria, los pastusos quisieran ser otro reino (no sé qué opinarán los sanandresanos o los chocoanos), los panameños ya lo lograron, los guajiros son más felices siendo de la nación Wayu, y con toda razón. Creo que todos tienen sus razones muy justificables. Desde el principio, esta tierra ha sido gobernada por el egoísmo y el interés personal. ¿Así quién quiere hacer parte de algo? Entonces aparece el federalismo, no para mejorar el desarrollo y respetar las diferentes idiosincracias, ni tampoco para brindar mayores oportunidades económicas a cada región -que se convertiría en estado de una unión o federación-, sino que aparece para desencartarse de ese 'maldito' país que tanto nos roba, que tanto nos odia, que tanto nos ataca, que tanto nos olvida... Entonces no se trata de una unión sino de un desencarte, de un desenguayabe.


Pero la verdadera resaca sería lograr una separación sólo por estos motivos. Sólo serviría para tener que enfrentarse a la realidad de tener ese egoísmo y esos intereses personales gobernando en cada una de esas razones regionales, lo cual sólo replicaría el problema cada vez a una menor escala geográfica, aunque en el campo psicológico y sociológico, la magnitud del problema sería el mismo, porque no habría ninguna transformación estructural, ningún movimiento hacia adelante.