jueves

De la necesidad de policías

Miraste con esa falsa autosuficiencia de aquel que cree controlar la realidad con sólo una amenaza, y en tus ojos vi que ni tu dureza ni tu poder son auténticos.

Viendo tu fachada, encuentro lo estúpido de considerar que sos necesario. Pero mientras se prefiera la ignominia de darte el derecho para decidir sobre alguien respecto de lo que es bueno o a lo que ha de elegir, entonces serás necesario. Pero sólo por defecto, por el defecto de dejar a otros mi responsabilidad, con la cual me hago libre, asumo la vida como viene y la afronto, elijo y decido, me pastoreo...

Y tú, hombre común, mientras evites responder, serás cautivo de tu propia evitación. Necesitarás que hombres grandes y mal encarados te traten indignamente, burlándose de tus tentativas por autodeterminarte; controlando tus decisiones sociales, hasta las más simples como tomar o no tomar, fumar o no fumar. Porque como no respondes, te haces desconfiable. Y mientras menos confiable seas, más como delincuente te tratarán tus innecesarios "protectores", tus hipócritas "servidores".

O decime, ¿no te parece indigno que no puedas decidir por tí mismo y responder por tí mismo, acerca de tu propio comportamiento en cualquier evento social, sino que te prohiban hasta lo que la propia ley ha permitido, sólo porque tú prefieres decirle a la sociedad: ¡contrólenme, que yo no puedo hacerlo solo!? ¿Te parece digno que vayas a un evento de adultos y seas tratado como niño para poder entrar? De tus respuestas depende la cantidad del contingente anual de policías en tu sociedad.